Fosas comunes en Guadalhorce

COMARCA DEL GUADALHORCE:  La comarca suma 670 víctimas de la guerra civil española en fosas comunes

Coín y Ardales han puesto en marcha iniciativas para recordar a sus vecinos enterrados

06.10.09 -

J. J. BUIZA | MÁLAGA

En el Valle del Guadalhorce se han contabilizado media docena de fosas comunes que suman alrededor de 670 víctimas de la Guerra Civil española, según los diferentes estudios que se llevan a cabo. La cifra es considerable, ya que en toda la provincia de Málaga hay enterradas al parecer unas 6.500 personas, 4.000 de ellas en la capital.

En la comarca, Coín es el municipio con la mayor fosa, ya que las víctimas son cerca de 220, según un informe elaborado por Izquierda Unida hace un par de años. En este sentido, cabe destacar que las cifras todavía no son oficiales, dado que la Consejería de Justicia y Administración Pública de la Junta de Andalucía tiene previsto culminar a finales del presente año el mapa definitivo de fosas existentes en toda la comunidad autónoma, un documento que podría arrojar más luz sobre estos enterramientos e, incluso, detectar otros todavía no conocidos.

En el estudio de IU se señalaba que en la comarca del Guadalhorce, además de la de Coín, existían otras fosas comunes en el cementerio antiguo de Álora (196) y en Casarabonela (105). Otro mapa en el que trabajan la Asociación Guerra, Exilio y Memoria Histórica en Andalucía y un grupo de la Universidad de Málaga refleja que en las inmediaciones de los cementerios de Cártama y Alhaurín el Grande hay enterradas respectivamente 108 y 22 personas que murieron como consecuencia del conflicto. Tras le entrada en vigor de la Ley de Memoria Histórica, han surgido algunas iniciativas para identificar y rendir un homenaje a estas víctimas.

Monumentos previstos

Así, los ayuntamientos de Coín y de Ardales (en el camposanto de este último hay una fosa con cerca de una veintena de fallecidos) han recibido este mismo año sendas subvenciones de 4.483 euros de la Junta para costear la realización de dos monumentos. En ambos casos existen ya en los dos cementerios discretos monolitos, pero la intención es mejorarlos y, sobre todo, inscribir en ellos los nombres de las muertos que se hayan podido identificar.

Con todo, en la mayoría de los municipios se ha optado por no remover el pasado, como por ejemplo en Álora, donde pese a la reciente clausura del viejo cementerio, el Ayuntamiento decidió no tocar la fosa común.