Soledad de Málaga |
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Emilio Prados |
¡Ay dolor, dolor del viento, dolor del cielo y el agua, dolor de espigas tronchadas! Soledad: ¿adónde llevas la sombra de mis pisadas? Los campos que ellas conocen ya sólo mis ojos aguardan. Soledad: ¡mírame el pecho! De Málaga vengo ¡ay Málaga!, Allí tendida te quedas sobre tus calientes playas, mal herida en tus costados que sobre la mar desangras. ¡Ay, hermanos! Sostenedme, que el corazón se me para, que la sangre se me enfría y la razón se me acaba. ¡Ay soledad! ¡Soledad! ¡Roja soledad de Málaga! ¡Ay soledad de sus tierras! ¡Ay soledad de sus fábricas! ¡Ay soledad de sus puertos y soledad de sus plazas! Málaga, no me golpees tan duramente en la espalda, que pesas como una piedra y cortas como navaja. Llevo tu recuerdo a cuestas Igual que dos negras alas que muerta viva me llevan por la conciencia de España. ¡Ay Málaga!, ni los peces quieren ya estar en tus aguas: los pájaros por el cielo se van huyendo a bandadas; triste la flor que puede separarse de sus rama. Desprendida de mis tierras, quedando al salir mi casa, viene llena de cenizas y cargada de amenazas, dejándome el corazón hecho temblor de sus llamas y trayéndome en el pecho en lugar suyo, esta llaga, que si en mi dolor se hunde, entre mis odios se agranda. Negro pozo es de terror: roja campana de alarma que si da luto a mis venas también en fuego las alza. A montones nos salimos cuando la negra metralla tronchó el último jardín y la fuente más lejana. Por los montes, por los riscos, por las carreteras anchas, Junto a las aguas del mar, por las estrechas cañadas, como un rebaño perdido nuestro dolor rebosaba. ¡Qué agudas alas de muerte por las nubes acechaban! ¡Qué alucinación el mar, dragón de hierro en sus aguas, erizando sus cañones clavó en nosotros sus garras! Entre las sombras del monte, bajo el crujir de las balas, perdí lo que más quería, perdí lo que más amaba. Hijos ¿dónde os encontráis? Vuestros pies, ¿por dónde marchan? ¿Os mueve acaso la vida o vuestra sangre cuajada en las piedras del camino aguardan nuestra venganza? Mala noche, viento negro Que aún desgarra mis entrañas. Cuchilla de mi dolor ¡qué honda por mi pecho bajas! Mas si en mis ojos no hay sueño,
si en mi memoria no hay calma,
no ha de enturbiar el recuerdo
la voluntad que en mí clama.
Si desfallece mi cuerpo,
si se dobla como planta
reseca por el ardor
de mi corazón en ascuas,
corre firme por mis venas
toda mi sangre inflamada,
y si mil hijos tuviera,
de nuevo los entregara,
si al perderlos con su muerte
pudiera librar a España.
Hermanos, si mi tristeza,
si mi soledad desgarra,
es soledad sólo mía,
soledad de mis entrañas.
Y si Málaga me duele,
si en mi pena está clavada,
mi dolor es sólo mío,
cansado de mis jornada |
(Fragmento de poema escenificado) Alicante Rojo, Órgano de la 71 Brigada Mixta, nº 6. |
La Guerra Civil Española y sus víctimas desde 1936 a 1939 despúes se unió con la Segunda Guerra Mundial, y luego con todo el dolor, muerte, desesperación, desolación, hambre, falta de trabajo, falta de familia, falta de justicia. Hoy año 2009 todavía no se han encontrado los cuerpos de los españoles y no españoles fusilados, exiliados, muertos en cunetas, muertos en cárceles, muertos en campos de extermiño, muertos en combate. Todavía hoy se están buscando para darles un descanso digno.
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